El hombre que no deja de cimentar su leyenda (Turfdiario)

14.02.2012

El respeto por el histórico trabajo de Juan Esteban Bianchi es absoluto en la hípica argentina. Ante cada gran recuerdo, de pie y a sacarse el sombrero. Y por cada lauro en la actualidad, un aplauso a rabiar. Lo último fue inobjetable en el marco del Gran Premio Martínez de Hoz (G1) de anteayer en el pasto de San Isidro, cuando su pupilo Bogeyman se impuso dando espectáculo, en una nueva labor que enaltece su infinita reputación.
Roberto Mariano Bullrich, todavía desairado por la performance de la gran favorita La Laguna Azul (Orpen), se acercó al recinto donde se entregan los trofeos por el lado de la redonda y no dudó en colgarse de una de las barras de madera. “Lo felicito, don Juan. Fue una gran victoria, Usted es un enorme entrenador”, arrojó Coco ante la mirada de Juan Esteban Bianchi, que con una sonrisa le devolvió el gesto. Escenas como esa se repitieron desde que terminó la prueba central hasta largo rato después. No era para menos: lo de Bogeyman fue un verdadero show y mucho tuvo que ver el Mago de Capitán Sarmiento.

“El caballo no fue precoz, ni tampoco tuvo demasiada suerte con su salud en la primera parte de la campaña. Había que esperarlo lo suficiente como para que sea este elemento que es ahora. Fue cuestión de paciencia, esperarlo, entenderlo. Y el resto ya lo vieron”, se introduce el cuidador en la explicación de este lauro por parte del hijo de Editor’s Note.

Además de ese proceso y la puesta a punto actual, don Juan atribuye mucho de este suceso a la sociedad de su pensionista y el látigo Jorge Ricardo. “Ricardinho lo conoce muy bien y siempre tiene plena libertad para tomar la decisión que desee. Su conducción fue con mano de seda, de esperar en el momento que había que esperar y para correr en el instante justo. Todo salió a la perfección”, describe con total reconocimiento.

Fue la tercera victoria sobre pista de césped y en 2000 metros para el alazán criado en el Haras Abolengo, que en cada una de ellas dejó una excelente impresión. “Sí, es cierto que le gusta mucho esta distancia y superficie. Cuando lo reprisamos, allá por el principio de 2011 (en febrero, luego de ser adquirido en la venta en training de la caballeriza Rubio B.), ganó muy fácil, tanto que a la vuelta nos animó a participar en dos clásicos en la arena”, relata entre abrazo y abrazo. Aunque, también, reconoce: “Ojala todas las carreras importantes del calendario fueran acá (San Isidro) y en este tiro”.

Esta cita, la primera en la máxima categoría en el calendario nacional, servirá de evaluación de cara al Gran Premio Asociación Latinoamericana de Jockeys Clubes e Hipódromos (G1), el próximo mes en la pista central Palermo. Ante tamaña demostración, la pregunta es inevitable; la respuesta tampoco se hace esperar. “Si nos invitan, no hay ningún problema en correr. Bogeyman se recupera muy bien de las competencias, es buen comedor y se ajusta perfectamente al entrenamiento. Es cierto que allá no hizo todo tan bien, pero lo que también es real que es un muy buen caballo, nosotros siempre le tenemos fe y jamás nos va a defraudar”, devuelve sin titubear el hombre que agregó un nuevo capítulo dorado en su palmarés sin fin y no le esquiva a ningún desafío en tren de seguir cimentando su leyenda.

Sebastián?Heredia