Jorge de Atucha, y mucho más que un triunfo (Turfdiario)

26.12.2011

 

Don Jorge de Atucha tiene 86 años, y es miembro de una familia de peso hípico en la Argentina, como que la relación del apellido con los caballos de carrera se inicio allá por el año 1900, cuando su abuelo, también de nombre Jorge, compró un campo en Colón, provincia de Buenos Aires, donde luego se instaló el Haras El Pelado, todo un referente en la cría durante muchas temporadas.
Ni la lluvia que cayó sobre Buenos Aires el viernes de la semana última, evitó que este hombre, cuya vitalidad es envidiable, llegará hasta Palermo para ser parte de la inauguración de la pista de césped en el viejo circo de Avenida del Libertador.
Y se dice ser parte porque en uno de los turnos del Especial Inauguración Césped, prometía participar True Value, un hijo de Nor for Sale, criado por él y presentado por Roberto Pellegatta. Con sus colores clásicos cereza y gris, el potrillo ganó y permitió de esa manera que El Pelado sume a su ya viejo historial, un nuevo hito y; de paso, que Atucha se de un gustazo de los grandes.
Don Jorge estaba feliz, claro, el triunfo de su potrillo fue histórico. Animado, contó detalles de su true Value, de su vida y dejó en el estribo alguna que otra sabrosa anécdota.
“A la madre del potrillo me la ofrece Luis Bouza, y como me pareció razonable el precio, porque su madre lo es también de Mamé Delia (Dance Brightly), que ganó grupo 1 en San Isidro, cerramos el negocio. Además, atrás, es una vieja familia de casa, la de Endeavour y tantos otros caballos clásicos”. Y sigue dando detalles.
“La yegua no dice nada, es chiquita, pero se preña todos los años y da potrillos lindos”.
Sobre su actualidad como criador Atucha agrega: “Tengo sólo ocho yeguas en cría en el Haras San Lorenzo de Areco, de Miguel Lagos, un viejo amigo, así que me ahorro los gastos que acarrean la parte no hípica y además están en manos de un hombre de total confianza como lo es Miguel”.
Acerca del triunfo de su potrillo, deja alguna impresión. “Era un día especial porque se estrenaba la pista de césped en Palermo y, por suerte, el petiso se defendió, claro que atrás estaba Roberto Pellegatta, uno de los grandes entrenadores del país. Ya van dos carreras seguidas que gana, así que no me puedo quejar” señala.
Para el final, y haciendo gala de esa memoria que ya destacamos, Jorge nos deja una historia que quizás no muchos conozcan.
“Mi padre tenía un haras en Francia y tuvo la suerte de comprar una yegua, uno de cuyos hijos estaba anotado en el Derby de Epsom. Ese día, mi padre le jugó mil libras y cobró a 50 por 1. Fue en 1953, y el caballo se llamaba Pinza, como el gran cantante lírico Ezio Pinza, era hijo de Chanteur II y lo corrió Sir Gordon Richards. Con esa plata, se pagó el haras”. Notable.