Nathaniel pudo con Workforce en Ascot (Turfdiario)

26.07.2011

El hijo de Galileo se impuso en el King George IV and Queen Elizabeth II Stakes (G1); Rewilding fue sacrificado
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La emoción y la tragedia, el resumen de la edición 2011 del King George And Queen Elizabeth II Stakes (G1-2400 m), de anteayer en la grama de Ascot. En una nómina tan corta como exigente, Nathaniel se llevó la gloria en una entrega fenomenal y consagratoria, posterior a la lesión que le costó la vida a Rewilding (Tiger Hill). La ironía del destino hizo que ambos volvieran al escenario donde escribieron lo mejor de sus campañas, aunque en esta oportunidad para separarse en los caminos de la vida plena que se busca incansablemente y esa caprichosa muerte que nos persigue a cada rincón. Uno logró su estatus hacia nuevas empresas, de las más altas en el mundo. El otro, en cambio, se despidió para siempre, en esa misteriosa y encriptada colina a los cielos. En la segunda función del Royal Ascot de junio, Rewilding batió a So You Think (High Chaparral) en el Prince of Wales's Stakes (G1) y trepó a la cima entre los adultos del viejo continente. Dos días después, por el mismo mitín, en el marco del King Edward VII Stakes (G2), Nathaniel hizo galope largo ante sus coetáneos y se ganó el respeto generalizado. La escala siguiente para este par fue nada más ni nada menos que el King George And Queen Elizabeth (G1), el round emblema por el primer cotejo entre los potrillos y los adultos que tiene el calendario británico. Además de estos, la inscripción de Workforce (King's Best), el Campeón Tres Años de 2010 y héroe del Prix De l'Arc de Triomphe (G1) durante ese periodo, y de St. Nicholas Abbey (Montjeu), patrón de la vereda del Coronation Stakes (G1) hace un par de meses, donde revindicó la cotización que concibió desde sus primeros días. Así, cuatro de los cinco ratificados copaban una marquesina con gran parte de lo mejor disponible en ese mercado. El restante de los protagonistas era Debussy (Diesis), compañero de techo de Rewilding, a quien se lo imaginaba en el rol de pacemaker para su socio, pero que en lugar de salir cortado al comando en juego de yunta, enseñó el camino con parciales muy suaves, jugando las en su propio beneficio. El que sacó mejor partido de ese escenario fue Nathaniel, que conducido por William Buick fue cómplice de ese tramite de carrera para estar algunos pasos delante de los zagueros y escapar con fundamento hasta la meta. En la zaga, al pisar la recta final Workforce se acercó por la parte externa. St. Nicholas Abbey achicó por el centro y Rewilding, casi llegando a las primeras tribunas, a la par de su esfuerzo se fracturó su mano derecha y dio por tierra a Frankie Dettori. Pese a la continuidad de la competencia, muchos de los presentes posaron sus ojos en el representante del Godolphin, una de las luminarias, que por ese accidente debió ser sacrificado. Y del drama a la pasión de este deporte en décimas de segundos, Nathaniel se echó adentro para cambiar de mano, luego se movió a media cancha para estirarse en toda su dimensión y finalmente el coraje lo convirtió en infranqueable para Workforce, que con Ryan Moore en sus estribos se alargó ilógicamente de la mitad del campo hasta la verja, en una conducta que lo perjudicó completamente en pos de cambiar el resultado. A 1 1/4 cuerpo del anterior, la medalla de bronce fue para St. Nicholas Abbey, de quien se esperaba mucho más. Después de 2m35s7/100 en el pasto de bueno a húmedo, por 2 3/4 cuerpos el hijo de Galileo y Magnificient Style (Silver Hawk), no sólo registró el lauro más saliente en su palmarés de tres en media docena de contiendas, sino también quebró el maleficio que desde 2003 existía para los tres añeros ante los mayores. Su impacto en el mencionado King Edward VII Stakes llenó el ojo de propios y extraños, tanto que su nombre se subrayaba al tope de las apuestas futuras del St. Leger (G1) británico, la última gema de la Triple Corona de ese reinado. Además, previamente fue placé de Treasure Beach (Galileo) en el Chester Vase (G3), en un arresto que luego le valió a su verdugo la medalla de plata en el Epsom Derby (G1) y la dorada en el Irish Derby (G1). En resumen, con la propiedad de Lady Rothschild ingresa al cenit un elemento de dimensiones, mientras se despide con aplausos a Rewilding, en el cara y seca de otra ironía del destino. Sebastián Heredia


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