Nunca es tarde, eso parece decirnos Sub Far, que vuelve a brillar a muy buen nivel cuando varias veces pareció estar todo perdido. La mano maestra de Pedro Hernández ha sido pieza clave en este presente del criado en el Montana Ranch que a los 6 años vive su segunda época dorada.
Si bien el tres años Steen ($1.70) era el amplio favorito en las apuestas y el candidato de casi todos en la previa, a nuestra página le parecía que había llegado el momento para que Sub Far ($4.60) se reencontrara con el triunfo clásico, y en la pista los hechos nos dieron la razón. Pasando por un gran momento de forma y en un lote y tiro acorde a sus capacidades, Sub Far no defraudó.
El Majito marcó el ritmo controlado por Steen, English Slam tercero y Sub Far cuarto, todos cerca y así entraron a la recta en abanico. Una vez en el derecho, Steen dominó faltando 350 metros, pero Sub Far que contó con una gran conducción de Luis Cáceres estaba a su lado, listo para lanzar un ataque incontenible. Y así fue, el defensor del stud Quiere y Quiere pasó de largo y se fue rumbo al triunfo llegando al disco con 3 cuerpos de ventaja. El Majito y Don Pelonchas conformaron el marcador rentado. 1.37.29 fue el tiempo para cubrir la milla.
Para Sub Far, que como dijimos contó con los invalorables aportes de Luis Cáceres y Pedro Hérnandez cada uno en su rol, fue el octavo impacto en 24 presentaciones en Maroñas, el cuarto a nivel clásico.
Recordemos que fue uno de los mejores potrillos del 2007 al ganar Campeones, ser escolta de Godfree Ray en el Criterium, ganar el Ensayo y ser tercero en la Polla de Potrillos ganada por Storm Duro, todo en la lejana temporada 2010. Luego ganó el Quintela y corrió un brillante Latino siendo sexto en San Isidro. Pero tras ello empezaron los problemas, varias lesiones, más de dos años sin ganar y llegó la venta, tras finalizar una carrera de condición último a 25 cuerpos su tiempo se le acababa, pero el stud Quiere y Quiere se la jugó, Pedro Hernández puso mucho trabajo y pese a las cuatro derrotas iniciales siguieron confiando y ahora es tiempo de disfrutarlo, porque al fin y al cabo, nunca es tarde, ni siquiera cuando un pingo está cerca de cumplir los 7 años.
Germán Boiso.