"El turf es mi vida, es todo lo que sé hacer" (Pura Hípica)

11.01.2014

Nunca dudó de su regreso, ni siquiera cuando uno de los médicos que consultó a poco de su caída le insinuó que tal vez nunca más correría. “De entrada, me dijeron que era un cuadro complicado, que no era una lesión simple. Pero yo nunca perdí las esperanzas. Consulté a otros profesionales, hice todo lo que me indicaron. Iba a ser todo lo que pudiera para volver a montar un caballo de carreras”, confesó Jorge Ricardo al finalizar la undécima prueba de hoy viernes en Palermo, cuando terminó su reaparición. Así, no fue una tarde más para el látigo carioca. Acostumbrado a las competencias y los triunfos, fue una jornada especial. “Uno cree que después de tantas experiencias es difícil emocionarse, pero el cariño de la gente es mucho para mis sentimientos. El aficionado es todo, es una persona muy especial. No hay nada sin el público, sin la gente de las carreras. Recibir el aplauso de ellos a lo largo de la pista, tanto de ida como de vuelta, es uno de los regalos más grandes de mi vida”, repitió una y otra vez durante la charla con la prensa al concluir su episodio de reprise. En consecuencia, no fue una carrera más. “Estoy 7 puntos. Me voy a ir poniendo carrera a carrera. Pero la de hoy (por el viernes) además de ansiedad llevaba mucha responsabilidad. Catch Gold Rye fue el caballo que elegí para retornar, en una cita donde todos me estarían mirando para ver cómo estaba, incluso que sería un examen para mí en lo personal. Pegué con el brazo derecho (el que se fracturó) para ver cómo estaba y todo funcionó bien. Todavía me duele el hombro, como consecuencia de esta caída y otros golpes en mi profesión. En poco tiempo voy a estar perfecto”, aclaró en su autoevaluación. Al cruzar el disco, enseguida recibió la felicitación de sus colegas. “Siempre hay competencia entre nosotros, pero dentro de la cancha, todos nos preocupamos por todos. Me pasa que cuando uno de mis colegas se cae me quedó pensando en cómo estará, en qué le pasó. Recibir el afecto de mis pares también fue algo grande”, caracterizó antes de ingresar al círculo de los vencedores, donde cayó una ovación, seguida de otro instante de emoción. Con la idea de ser jockey desde los cinco años, quien puja por la fusta con más carreras ganadas en la historia del deporte con el canadiense Russell Baze siente este momento con profundidad en su corazón. “El turf es mi vida, es todo lo que sé hacer. Es la razón de mi ansiedad, es el objetivo de ser cada día mejor. No tengo más palabras para definirlo”, se despidió entre la infinidad de abrazos. El representante del Rubio B. se mantuvo imbatido en tres performances. Ricardinho, e tanto, ganó otra carrera más, una que siente con el alma: el turf y su profesión hermanados al mismo ritmo de sus latidos.