Capolicho, capo lavoro de Fafá en el Palermo (Pura Hípica)

09.11.2013

La vorágine era una clave a la hora del estudio en el Gran Premio Hipódromo de Palermo (G1, 1600m), prueba que abrió la triple tanda en la máxima categoría de hoy sábado en la arena céntrica. En ese tablero el que mejor jugó las fichas fue Pablo Falero, que con un Capolicho que rindió a la altura de ese manual arrancó las palmas de toda la concurrencia. Fue el primer éxito gradual para el vástago de Easing Along. Primero Blue Snow, por detrás Koller, Rate of Exchange y Uomo In Frac, empujando Definianfoot. Dont Worry, desde la zaga, completó lo que era una estructura de competencia lógica. Y, espiando el andar de todos los anteriores, el látigo nacido en Colonia del Sacramento llevando como manda el código al descendiente de la recordada Artemisa. Era la única forma. Fue la mejor forma. Al pisar la recta final el favorito de la pizarra, que provenía de titular el Gran Premio San Isidro (G1, 1600m) en el pasto y venía en serie, por dentro gambeteaba oponentes. Cuando se puso firme, Dont Worry emparejó y se apareó inmediatamente con Koller, el único que sobrevivió al ritmo (Uomo In Frac se quedaba por dentro). A falta de 150, la historia parecía para esos dos. Algunos suspiros después, la imagen del entrenado por Guillermo Frankel Santillán se agrandaba. De ahí en más fue la mano maestra de “Fafá”. La propiedad de la Familia Pommies, de los colores de la cuadra Victoria, se prendió en cada salto y en la raya fue temperatura de gloria. Hubo pescuezo sobre la puesta entre un Dont Worry que sostuvo sus fueros y la rentrée de Koller, que expuso cartas de notable alejado de cualquier controversia. Quinto halago en una decena de performances para el criado por el Haras La Quebrada, un 50% de efectividad que abarca también el Clásico Cayetano Sauro (1600m), en la grama del Norte, en una conducción también destacada de Falero. En la horma de su zapato, ahora el talento del oriental le plasmó un grito que empezó en la Capital Federal y terminó en Entre Ríos. El aplauso, también, fue tan profundo y respetuoso para una labor de capo lavoro. Juego de palabras, claro. Juego de tablero, por supuesto. Capolicho “lo icho”. Falero, también.