Invasor en salón de la fama

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11.08.2013

Muchas veces subestimado en aquel medio (pagó $7.70 en la Breeder’s Cup Classic) y ahora desmerecido en su etapa como semental, el inolvidable crack recibe al fin el lugar en la historia que merece y pasa a formar parte del estrellato histórico del turf de los Estados Unidos, lugar al que accedió hace casi 8 años al ganar la carrera más importante para caballos adultos en el gigante del norte. El hecho histórico para el turf ri

Nacido en el año 2002 en el Haras Clausan de la República Argentina, este hijo de Candy Stripes y Quendom fue adquirido gracias a las vueltas del destino por los hermanos Vio Bado y por Pablo Hernández tras un percance en el recorrido por los haras del vecino país que los hizo cambiar de itinerario y cruzarse con el crack, de quién se enamoraron a primera vista. Invasor seducía por su actitud y por su mirada, y eso es lo que lo haría un caballo diferente a todos.

Debutó en Maroñas a los 2 años y lo hizo con un cómodo triunfo. El defensor del stud 3 de Enero no reaparecería hasta el clásico Ensayo (G. III) debido a su operación de sesamoides. Su retorno fue su primer examen grande y su presentación en sociedad, pocos se acordaban de su triunfo a principios de año, después de su neta victoria en la reentre, todos hablaban de él.

Encaró la Triple Corona con el desafió de convertirse en el mejor potrillo de Uruguay y lo logró obteniendo nada menos que la Triple Corona, siete temporadas después sigue siendo el único que lo hizo en el nuevo Maroñas. Al cruzar el disco en el Nacional recuerdo haberle dicho a un amigo: “este caballo es muy especial, es Triple Coronado sin haber recibido un fustazo, nadie tiene idea de cuál es su techo”, y así era, su techo estaba muy lejos de nuestro Maroñas, donde fue escoltado tres veces por el noble Potri Flash, un pingo que ganaría el Gp Repùblica Argentina (G.I) en Palermo y que sin embargo no pudo hacerle sombra al entrenado por Aníbal San Martín.

Llegó la venta, casi 1.5 millones de dólares desembolsó el Shadwell Stable propiedad del Sheik Hamdan bin Rashid al Maktoum. Imposible negarse a esa oferta, Invasor se quedó a las puertas de correr el Ramírez del 2006 y emigró. Su primera carrera en el exterior sería su única derrota en sus 12 presentaciones, su participación en la U.A.E Derby (G.II) en Dubai donde fue cuarto fue un error en el que no vale la pena gastar tinta. La realidad es que sus nuevos propietarios no tenían muy claro el nivel de Invasor y de no ser por su entrenador Kiaran McLaughlin que quiso probarlo en el Pimlico Special (G. I), su campaña en USA hubiera iniciado en un G.3. Tras el enorme triunfo en aquella carrera, donde mostró toda su clase sobreponiéndose a un trámite adverso dejó en claro su valor. Lo seguiría el triunfo en el Suburban Handicap (G.I) al que se le sumaría el Whitney Handicap (G.I), donde se repuso a un tropiezo en la largada, a varios pechazos de Flower Alley y contuvo la atropellada de Sun King en final imborrable. Tres hipódromos distintos lo vieron ganar tres Grupo I. Era hora de la Breeder’s Cup Classic.

Bernardini era el mejor potrillo del año y el mimado de la afición norteamericana, Invasor lo enfrentaría en Churchill Downs siendo la lejana tercera opción en las apuestas, debajo incluso de Lava Man que nunca había hecho nada fuera de California. Todos recordamos la carrera, Bernardini se fue rumbo al disco dominando en pleno codo, Fernando Jara movió a Invasor y el crack se fue en su búsqueda, pasándolo de largo en los últimos 100 metros sin mayor esfuerzo y de orejitas paradas como le gustaba ganar. Invasor no solo corría más que todos, también tenía el corazón más grande y una personalidad fuerte y casi única entre los puros de carrera.

Tras su consagración correría el Donn Handicap (G.I) como entrenamiento para la Dubai World Cup (G. I). Aquella carrera que para él era preparatoria casi termina en catástrofe tras un tropiezo al pisar la recta, todos creímos que perdería tras ello pero estábamos felices de que no había rodado, el pingo se recompuso y terminó pasando a sus rivales por los palos como si fueran postes y haciendo exclamar al relator de Gulfstream: “How good is Invasor” (que bueno es Invasor). La Dubai World Cup fue promocionada como la revancha ante su único verdugo, Discreet Cat, gran error, un año atrás a Invasor lo habían hecho perder los errores de sus responsables fruto del desconocimiento del animal que tenían y de los viajes sin tiempo de recuperación. Esta vez Invasor conquistaría Dubái en la carrera más millonaria del mundo, pelearía con Premium Tap y lo despediría faltando 150 metros para llegar al disco haciendo gala de su superioridad, simplemente se había divertido un rato peleando con su rival.

Invasor era Campeón del Mundo, el caballo de crianza argentina y corazón uruguayo, el crack de todo el Rio de la Plata era el mejor de todos y lo conseguía ganando las dos pruebas más prestigiosas en la arena.

Invasor fue un antes y un después para los que tuvimos la suerte de disfrutarlo y es prácticamente un hecho que ningún caballo nos regalará las emociones que él nos brindó a todos, Invasor nos unió en un abrazo gigantesco fruto del inmenso orgullo de sentir que el mejor caballo del mundo era nuestro.

Germán Boiso.




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