Indy Point, esperanza grande que se prendió con éxito (Pura Hípica)

25.07.2013

La patriada de la Familia Lovisi. El trabajo de orfebre del entrenador Richard Mandella. La conducción paciente de Gary Stevens. El regreso con éxito en el Wickerr Stakes (1600mts. - US$ 90.000), la prueba central de hoy miércoles en el césped de Del Mar. Cada uno de esos roles tienen como personaje central a Indy Point, que debutó con suceso en Estados Unidos, revalorizando aún más su rotulo de Caballo del Año 2012 en nuestro país. Un primer capítulo de tinte dorado, en el camino de una aventura promisoria

Cuando el hijo de Indygo Shiner completó con el placé en el Gran Premio Carlos Pellegrini (G1) un historial de gravitación dentro del mercado nacional, la valentía del criador (que supo reservarlo), la coyuntura de las exportaciones y el valor especifico del posteriormente elegido como el mejor dentro de los galardones Carlos Pellegrini afianzaron la decisión de viajar sin venta alguna. Eso ya merecía un reconocimiento. Luego llegó la puesta a punto de Mandella, gran conocedor de los caballos sudamericanos. La fiebre que el nieto de Parade Marshal de cara al American Handicap del 25 de mayo no achicó las expectativas, sino todo lo contrario: la preparación se incrementó y todo estaba al alcance de las manos para el Wickerr, esa prueba que doce meses antes tuvo al tope del marcador a Interaction. El compromiso de monta de Stevens finiquitó el total optimismo de toda la comunidad hípica nacional. Había dos obstáculos grandes en el camino. Por un lado, esa reaparición desde diciembre, que sumado al cambio de hábitat abría un interrogante grande. Y por el otro, una milla de pasto. La propiedad del Gus May Fer había vitoreado en la milla y sobre la gramilla, aunque nunca había competido ante ambas circunstancias a la vez. Indy Point era el único titular en la máxima categoría de la inscripción, pero había que dar el primer paso con firmeza casi empezando desde la base. Fue el mejor impulso que se podía conseguir para tanta empresa. Stevens fue un socio de lujo contra la rentrée y un escenario desconocido. Al freno en los primeros metros, el favorito de la pizarra en el circo de California sintió levemente los primeros 400 metros en 22’’91c, ya controlado recorrió a no más de cuatro cuerpos los 800 en 46’’14c y de ahí en más fue para adelante. Endorsement, que asumió el liderazgo desde el vamos, quiso escapar a poco de pisar la recta final, pero el ex preparado por Raúl Ramallo siempre estuvo seguro de su calidad. Indy Point fue notable al pisar el derecho. Achicó con solvencia y pasó a ganar cuando lo mandaba la cita. El remate fue prolijo, incluso con un plus si tenemos en cuenta el tiempo de relache. El esfuerzo fue sintáctico, potente, pero mucho mejor en la proyección. Al cabo de 1’32’’74c (1200 metros en 1’09’’39c) en la hierba normal, fue 1¼ cuerpo. Todo en su lugar. Todo como cuando se fue. Media docena de preseas en 13 salidas en su record, destacando el Gran Premio Estrellas Juvenile (G1), Gran Premio Jockey Club (G1) y Gran Premio Nacional (G1). El matrimonio Lovisi en la foto fue el símbolo de lo que vale una alegría cuando cuesta, cuando sale del alma. Mandella lo presentó al oleo, tal cual su marca registrada. A Stevens el tiempo no parece pasarle, ni siquiera aquellos años que estuvo retirado, incluso más allá de las cinco décadas vividas. Indy Point cortó la cinta en la Unión y una chaquetilla de interés argentinos trepó a los cielos. Indy Point recuperó el tiempo perdido y ahora su nombre sonará todavía más fuerte en la escena yankee. Y cualquiera sea el nuevo paso, la primera huella terminó con los interrogantes y afloró con la exclamación. Es la clase sin fecha de vencimiento. Es una esperanza que va en camino. Se considera en el entorno el Pacific Classic (G1, 2000mts.), en la arena. Es una esperanza con pretensiones.