La elite de Palermo, el drama de San Isidro y La Plata (Pura Hípica)

12.04.2013

¿Qué se esconde detrás de cada mensaje en el turf argentino? A la luz de los acontecimientos, ni una buena noticia lo es absolutamente ni una tristeza debe dejar de taparnos el bosque. Y si nos apoyamos en la historia, entonces la confusión es aún mayor. Nada es lo que parece. Nada es lo que dice ser. Todo merece un interlineado.

La oficina de marketing, orgullosa, expuso también todo lo que tiene que ver con la publicidad. La promesa será “llenar el hipódromo y que el espectáculo no condicione la parte hípica”. El crédito, por el bien del turf, siempre está abierto en pos de incorporar gente nueva. En tanto, poco se comentó sobre los aportes a las facilidades para el turfman ese día. Además, si la idea de atracción es impulsarlo bajo una competencia extranjera, entonces el espíritu está errado. También está Expressive Halo…

Irónicamente, ese mismo poder adquisitivo del circo porteño es el mismo que tiene en suspenso el teletimer, que es la única forma de medición seria para darle credibilidad a las competencias. Si existe en un campo, las palabras sobran: no hay voluntad de cambiar el reloj. Hay que recordar también que la pista de césped, donde desde esta temporada se corre G1, no tiene “crono” oficial… ¿Los slots son la solución a la economía de los hipódromos? Discutible, hasta el hartazgo. Lo que a ciencia cierta queda expuesto es que una cosa no tiene que ver necesariamente con la otra. El discurso es una cosa; la realidad, otra. La Confitería París ahora tiene brillo, como también tragamonedas. La oferta gastronómica en Palermo es grande, pero no en las tribunas de carreras.

Del otro lado, una sinfonía triste en San Isidro y La Plata. Como citó Pura Hípica, no están garantizados los premios de ayer miércoles y las jornadas venideras en el trazado del Norte. La Comisión de Carreras, nada. Los de “Seguimiento” (donde hace poco fue incorporado Propietarios…), tampoco. Entre las idas y vueltas, siempre el estigma del subsidio. ¿A dónde van a parar esos fondos? ¿Preocupación o desinterés? ¿También pretenden los slots? Entre las idas y vueltas, siempre las paga el turf.

En el Sur la historia es parecida, aunque diferente. El plan para arreglar la pista no es un plan, sino un remiendo permanente. Igual la parte del edificio, con una fachada virtual en tiempos de Rocha y una cruel realidad a continuación. Los premios no tienen correspondencia en el mundo real que dice tener el Bosque. Eso sí, la novela CODERE (reiteramos: hay otro candidato…) avanza del largo plazo a uno tan corto como una respuesta afirmativa de los españoles. “Venga, pues”, al paso de una necesidad que se convierte en el vicio de hacer sin hacer.