Inolvidable, Black Caviar extendió su invicto a 24 (Pura Hípica)

22.03.2013

En la noche de Moonee Valley, ella fue la luz. Una velada atípica, con un resultado habitual. Una vez más al frente de todos, una vez más maravillando. Su especialidad es hacer fácil lo difícil. En un deporte donde ganar presenta una dificultad misteriosa, Black Caviar sigue en ese encanto de no dejar nada librado al azar. Ahora lo hizo en el William Reid Stakes (G1, 1200mts.), en su impacto número 24 sin manchas en el historial y el decimocuarto en la máxima categoría. Todos saben qué va a pasar y en qué momento. Con la guía de Luke Nolen, está vez siguió con toda calma a su compañero de techo Karuta Queen, fue encimando la contienda en la curva y al pisar la recta final, como sin pretenderlo, estiró dos cuerpos al frente. El resto ya no tuvo que ver con el margen de error hasta una nueva consagración, sino con todo lo que genera fuera de las pistas. El marketing televisivo, la euforia en tribunas colmadas, los cálculos por una apuesta casi simbólica (en el mejor de los casos, devolvió 2 centavos entre los banqueros por cada unidad…) y el dialogo con su página de leyenda. En 1’11’’08c. las doce cuadras sobre el pasto firme, la nieta materna de Desert Sun cruzó con 4 largos para el 1-2 del compositor Peter Moody. “Asusta cómo está haciendo las cosas. Parece que va a volar”, expresó el preparador, quien entre muchas opciones, baraja la chance de volver a Royal Ascot, en lo que tal vez sea su última performance. “El año pasado fue un gran suceso para nosotros esa travesía. Luego, posiblemente llegue el retiro”, agregó. Con todo bajo control en cancha, el desafío de Black Caviar parece más ligado al legado que a cualquier tipo de marca. Ya colocó aún con mayor fuerza a la industria australiana en el plano mundial. Ya viajó a Europa y demostró que su potencial no tiene límites geográficos. Ya modificó por completo el uso horario de los amantes de este deporte sin importar el reloj biológico. Ya el cielo no es una posibilidad para su límite: su nombre está volando más allá.