El hombre detrás de un triunfo que hizo historia (Turfdiario)

19.11.2012

ARCADIA, California (De un enviado especial).- Si antes de la carrera Guillermo Frenkel Santillán, ni que hablar a los niveles que trepó su simpatía después del inolvidable triunfo que le proporcionó Calidoscopio en el Breeders’ Cup Marathon (G2), ayer en Santa Anita Park.
Sus salidas indescifrables trajeron más sonrisas todavía a una conferencia de prensa donde la buena onda y la alegría por lo vivido fueron el comentario general. Levantó los hombres el Bebe cuando desde la sala de prensa le preguntaron si el caballo estaba en su mejor momento, como diciendo “Y a vos qué te parece”. Y gritó “Frankel” cuando desde la alborotada tribuna alguien gritó: “Es Frenkel, no Frankel”. Parece que le gustó esa comparación con el ídolo europeo y ya la tomó como propia.
Ya algo más serio, siempre dentro de sus particulares parámetros al respecto, el hacedor del campeón dio sus puntos de vista: “En carrera Pablo gritaba que el jockey no se apure, pero sabíamos que no lo iba a hacer. Le dije que con este no tenía que tener miedo de perder. Que el caballo sólo le iba a pedir ir para adelante, pero que cuando le pidiera lo frenara”, dice en un primer concepto antes de reconocer que “Estaba caído hoy, porque en un día había perdido algo de estado y ya veníamos golpeados de antes. Cuando vareaba en Hollywood Park la pista sintética fue como que le quemó las manos y le dolían. Fueron muchos los contratiempos previos, pura falta de experiencia. No recuperaba bien, no lo veíamos bien. Pero después de la pasada todo cambió para mejor. Desde el domingo estábamos seguros que el caballo iba a definir, aunque después de la partida final dejó de comer un poco y nos volvimos a preocupar”.
Llega la hora de volver a poner el dedo en el jockey, y Frenkel dice: “Lo agarré al tipo -por Gryder- y le dije que se quedara tranquilo que de los 200 en adelante se iban a emborrachar; se reía. Cuando se acerca allá en el opuesto pensé para mí que teníamos caballo y automáticamente miré adelante a ver si alguno orejaba... Ahí arranqué a gritar {los gana, los gana}”.
La veteranía de Calidoscopio y toda su experiencia ayudaron en este final feliz: “Con un caballo así se dan las condiciones para venir. Con un tres años la venta es probable, pero con Calidoscopio no nos quedaban muchas cosas por hacer. El corrió con todos los fondistas de Sudamérica, ganando y perdiendo. Pero él es un buen fondista, con algo de velocidad. La forma de correr es la que lo mantiene, cuando no está bien atropella y te dice hasta acá llegué”.
Dice que cuando Calidoscopio pasó el disco pensó en la familia, los amigos y en el esfuerzo que demandó esta aventura y también que el ser veterinario fue un apoyo fundamental con un caballo que siempre tienen que estar muy atendido y también que después verán que hacer en el futuro.
Sonrisa va, sonrisa viene, Guillermo Frenkel Santillán, el Bebe para todos -o, desde ahora, Frankel- puso su cuota para que el turf argentino escribiera una de las páginas más gloriosas de su historia.