Storm Cat, el reposo del gran guerrero (Turfdiario)

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LEXINGTON,?Kentucky.- Las historias que encierra Overbrook?Farm son muchísimas y eternas. En la cabaña que W. T. Young fundó en 1972, la historia está escrita en cada puerta, en cada galpón, en cada centímetro de su campo bello. Se tardaría horas en nombrar a todos los campeones que se criaron allí en poco más de tres décadas y media de funcionamiento, hasta su disolución final hace ya un par de temporadas, luego de la muerte de su propietario, en 2004. Es virtualmente imposible encontrar un box sin chapita con nombre de crack pegada. Cat?Thief, Tabasco?Cat, Flanders, Boston Harbor, Timber Country,?Editor’s Note, Golden Attraction, Surfside...y la lista sigue. Allí también nacieron y crecieron caballos bien conocidos en la Argentina como Honour and Glory, Grand Slam y Shy?Tom. Pero si existe un ícono para Overbrook es el fantástico Storm?Cat, corredor de jerarquía y luego convertido en uno de los grandes padrillos de los últimos tiempos, fundador de una línea paterna que promete extenderse. Storm Cat es el único resabio de esa historia de gloria que todavía vive en el haras, tras su retiro de la reproducción. Overbrook se subdivivió y se transformó en facilidades para diversos inquilinos, pero gran parte de los campos son manejados hoy por el mexicano?Eduardo Terrazas, cuyo Terrazas Thoroughbreds ha ganado un lugar importante en el mercado hípico local. Terrazas es, también, el custidio del crack, el hombre que, como desde hace ya más de 20 años, lo visita a diario para decirle hola y el que lo mantiene saludable a sus bien llevados casi 29 años. Terrazas trabajó muchos años en Overbrook Farm y su excelente relación con la familia Young le permitió rentar gran parte de los más de 2300 acres de la propiedad. “No existe ni contrato ni nada, es todo de palabra. Son muchos años de relación con los Young”, dice este hombre de bigotes y pinta de simple. El custodio del crack también trabajó en Taylor Made, y fue gracias a su gestión que Storm Cat llegó a ser el que fue. “Cuando el caballo se retiró muchos no confiaban en él. Sus rodillas eran un problema. Pero conseguimos clientes, yeguas y no tardó en demostrar ser un campeón. Fueron muchos años trabajando para su bienestar y es un orgullo poder cuidarlo hoy también”, revela Terrazas, cuya operación crece y crece cada temporada. Allí se hace de todo, pero mayormente se toman yeguas a pensión y se preparan productos para las ventas. “Es un trabajo difícil, que demanda mucho tiempo. Por fortuna mis clientes son muy buenos y todo es más fácil. Tenemos más de 100 reproductoras, aunque estamos en plan de reducción para mejorar la calidad”. Sobra la paz, y también la tranquilidad en los piquetes que pertenecieron a Young, cuya fortuna se amasó a través de la Young Foods Inc., fabricante de la Big Top, la mantequilla de maní más vendida. El criador, nacido en esta ciudad, se graduó en la Universidad de Kentucky y también fue veterano de guerra de la US Army. Presidente emérito de Churchill Downs y de la Breeders’ Cup, y miembro del Jockey Club en 1989 es también parte del Salón de la Fama de los Deportes en Kentucky. Terrazas está enormemente agradecido para con la familia Young, tanto por darle trabajo durante tantos años como por permitirle hoy ocupar gran parte de las instalaciones. Es dedicado y amable Terrazas, para el que Storm Cat es una parte importante de su vida:?“Fue siempre un caballo difícil, con mucho carácter. Aún hoy no lo sacamos cuando lo vienen a ver porque el diente le gusta mucho. Está grande ya, pero se mantiene y disfruta mucho cuando lo soltamos a su viejo piquete. Muchos vienen a visitarlo, es toda una celebridad. Ojalá lo tengamos con nosotros por mucho tiempo más”. Sus palabras describen a la perfección la actualidad del fenomenal Storm?Cat. Se lo ve con sus años a cuestas, pero de excelente ánimo. La artritis en sus rodillas es notoria, pero a él parece no molestarle demasiado. Al fin, carga con esos problemas desde hace ya muchos años. El padrillo diferente descansa en la cabaña que lo vio nacer y en la que es aún hoy el rey indiscutido. Terrazas lo cuida como a un hijo más y el caballo parece estarle agradecido. Allí el turf se respira a cada centímetro y la historia grande que escribió Overbrook Farm sigue viva, más allá de que sea hoy un recuerdo imborrable.

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