Un turf chico que se maneja como si fuera de los grandes (La Nación)
Maroñas, lo que es decir el mismísimo turf uruguayo, tiene pasado, presente y sobre todo futuro en cada botija en edad de pelotero que hoy corre por sus tribunas juntando boletos rotos. Maroñas los deja entrar, acompañados de sus padres. Es hipódromo de puertas abiertas. Siembra la semilla de burreros del mañana. Sabe que el tiempo hará el resto. Apuesta al recambio sin perder tiempo, como sí se perdió aquí en épocas de regímenes autoritarios, que por dejarlos afuera hizo que el espectáculo de las carreras